En el peronismo, luego de la derrota en octubre, el clima interno no es el mejor. Existe mucha desconfianza y susceptibilidad. Todos están mirando que hace el otro y muchos, de a poco, están comenzando a decir lo que antes no se animaban. Incluso lo están haciendo trascender puertas afuera, que es lo que más molesta dentro del partido.
La semana pasada hubo reunión y resultó bastante tensa. Hubo participantes que expusieron diferencias con la conducción partidaria y con las últimas decisiones tomadas por el sobrerismo. En particular por no comunicarlas antes que se conozcan a través de los medios.
También se habló el tema de la dirección del Museo de Perón. Tal como informó LA PALABRA, hasta el propio sobrerismo está dividido: Gustavo Sobrero quiere poner a Adolfina Ertini y el resto a Ramiro Leiva.
Por el momento no hay definiciones, pero todo hace prever que el ex intendente terminará imponiendo su postura y elegirá a Ertini para reemplazar a Caracoch, si es que finalmente la Provincia lo saca del cargo.
“Ya está Ertini. El lunes en la reunión ni los amigos de Leiva lo salieron a defender”, expresó un informante.
“No lo defendimos a Ramiro porque no era el motivo de la reunión. Cuando llegue el momento, lo haremos”, explicó otro participante, muy allegado a Sobrero y también a Leiva.
Ertini enfurecida con detractores
Otro momento tenso fue cuando la propia Adolfina Ertini tomó la palabra.
Lo hizo para defender a Gustavo Sobrero y referirse a quienes cuestionan las decisiones que ha venido tomando: “se enojan y dicen que se van a ir, pero después terminan volviendo. Si se quieren ir, que se vayan”.
“Es hora que muchos den un paso al costado y dejen lugar a otros. Sobrero no necesita que nadie lo chupe las medias. Hay que tener cuidado con lo que se dice, más cuando hay compañeros con muchos años de militancia y trabajo dentro del partido”, replicó otro militante, molesto por los dichos de Ertini.