El homenaje central fue a Raúl Rodríguez, hijo de Lobos, que estaba terminando el seminario en Buenos Aires para ser sacerdote, cuando lo desaparecieron junto a otro compañero, el 4 de junio de 1976.
Fabián Domínguez, historiador que está rescatando la vida y el final de Raúl Rodríguez, y miembros del Barrio Manuelita donde el seminarista lobense desarrollaba su labor y de donde fue secuestrado, estuvieron presentes en el encuentro.
Compañeros de aquellos años del desaparecido lobense, lo definieron como “un tipo por sobre todas las cosas alegre, era muy inteligente, se jugaba por entero buscando una respuesta aunque le costara la vida”.
Y Fabián Domínguez resumió su investigación, relatando que “a Raúl lo secuestraron el 4 de junio de 1976 a las 7 de la mañana, y no lo fueron a buscar a él directamente. Hoy sabemos que los llevaron a la ESMA. Y todo empezó a las 7 de la tarde del día anterior, buscaban al sacerdote Jorge Adur, el cura que coordinaba el seminario donde estaba Raúl. Se llevaron jóvenes y gente de una parada de colectivos en avenida del Libertador, de ellos hay sobrevivientes que dan testimonio de lo que pasó. Y a la medianoche hubo otro operativo en el centro de San Isidro buscando a un ex seminarista al que terminaron secuestrando. A las 4 de la mañana liberaron a una pareja que habían secuestrado en esa parada de micros, y de ahí se fueron a San Miguel a buscar al cura Adur, encontrándose solamente con dos seminaristas, Carlos Di Pietro y Raúl Rodríguez, salvándose un tercer seminarista que no había llegado a la casa porque venía de Olavarría”.
La Vigilia finalizó antes de la medianoche, se adelantó el cierre por el frío, con una instalación realizada por 6to. año de la Secundaria 4 basada en los pañuelos negros que simbolizan la ausencia de los no encontrados. Luego se colocó el pañuelo a la Madre en el monumento dentro de la fuente, como cada año. Y se cantó el Himno Nacional.