Bastante mal la están pasando en estos momentos la mayoría de las agencias de remises de nuestra ciudad. En realidad, todas, porque el problema es general y afecta a todas las remiseras, incluso las más grandes y las que cuentan con mayor trayectoria en el rubro.
Por supuesto, también los usuarios están sufriendo las consecuencias, motivando que muchas veces, en determinados momentos del día, resulte una odisea conseguir un remís libre.
El problema principal es la falta de autos que, en el último tiempo, se redujo a la mitad.
En total, entre todas las remiseras, hasta el año pasado había 120 ó 130 móviles y hoy como consecuencia de la crisis que atraviesa el sector, quedan apenas 60.
El Gaucho, la más grande y con más años en la actividad, tenía casi 50. Hoy tiene entre 20 y 25.
Chocoto, otra de las agencias más importantes, tenía 30 choferes y hoy tiene 10.
La misma situación se repite en todas las agencias, motivando largas demoras y que incluso tengan que cerrar por la noche o los fines de semana como nunca antes había pasado.
Qué dicen los propietarios
LA PALABRA dialogó con dueños de remiseras y choferes. Todos dijeron lo mismo y dieron la misma explicación.
“El principal problema es que la actividad dejó de ser rentable para los propietarios de autos. Hoy para que rinda habría que cobrar la tarifa el doble de lo que la estamos cobrando, lo cual es imposible porque no podría viajar nadie”, dijeron.
“Hoy mantener un auto en condiciones cuesta mucha plata y muchas personas que tenían autos trabajando como remís, dejaron de hacerlo”, agregaron.
También la pandemia influyó. El hecho de no poder trabajar durante 6 meses hizo que muchos propietarios tuvieran que vender sus coches ante la imposibilidad de pagar su mantenimiento (patentes, VTV, etc.).
“Hoy tener un auto trabajando de remís dejó de ser rentable”
Los propietarios de agencias, que obviamente están muy preocupados por la situación, coincidieron: “hoy tener un auto trabajando, entre patentes, repuestos y combustible, ya no es más negocio”.
“Obviamente a ninguno nos gusta tener que decirle al cliente que tenemos una hora de demora. Mucho menos tener que cerrar, como lamentablemente tuvimos que comenzar a hacerlo. Pero hoy no queda otra. No hay autos, hay choferes que tuvieron que buscar otro trabajo, y más viajes de los que estamos haciendo, no podemos hacer”, confesaron.
Afirman que pasa en todas partes
Los agencieros dijeron también que la inédita crisis que afecta al sector es general y no sólo se registra en nuestra ciudad.
“En Navarro quedó una sola agencia. En Roque Pérez más o menos pasa lo mismo. En el Gran Buenos Aires también. No es un problema sólo local. Hasta que no haya una relación más favorable entre tarifas y costo de mantenimiento esto va a seguir. El problema es que hoy, en medio de la situación que estamos viviendo, no percibimos ninguna solución”, admitieron.
Otro problema: las deudas que dejó la pandemia
Otro problema que aqueja a agencieros y propietarios de autos de alquiler tiene que ver con las deudas que generó la pandemia y que hoy están obligados a ir regularizando.
“El gobierno dijo que no paguemos mientras durara el confinamiento y que después iba a dar flexibilidades para pagar todo junto. Fue todo mentira”, afirmó el propietario y chofer de una de remisera céntrica.
“Obviamente, durante el tiempo que no se pudo trabajar, muchos propietarios dejamos de pagar la patente. Hoy queremos hacerlo y por los intereses la deuda se fue al doble”, esgrimió.
“Por lo tanto cada vez se está haciendo más difícil mantener un auto y ponerlo a trabajar y por eso cada vez quedamos menos”, concluyó el propietario.
40% menos de viajes
La situación es muy preocupante. De hecho, debido a la crisis, muchos propietarios y choferes no tuvieron más remedio que dejar la actividad y dedicarse a otro rubro (fundición, por ejemplo).
“Entre la merma de coches y la falta de plata en el bolsillo de la gente, la cantidad de viajes se redujo casi un 40% en los últimos meses”, expresaron en las remiseras consultadas.
“Estamos cobrando tarifas casi al 50% menos de lo que tendríamos que cobrarla e igual a la gente se le hace difícil viajar”, admitieron.
También, como fue dicho, la crisis del sector impacta de lleno en los usuarios.
Existen momentos del día en los que resulta imposible conseguir un remís y hay gente que ha tenido que suspender viajes o traslados, por falta de movilidad.