La elección del domingo 11 dejó una imagen distinta, pero por diferentes motivos según el sector que se mire.
Del lado del gobierno de Etcheverry, el clima de triunfalismo en el que se vivía, les jugó una mala pasada, porque se sentían ganadores, al punto tal que las encuestas que se manejaban, los daban al frente, aun sumando a los sectores de Sobrero y de Zabalo. También en las reuniones de Cambiemos de los últimos días, les aseguraban que tenían cerca del 50% de los votos y según los números de ambos lados no llega al 45%, aunque también es una buena elección.
Lo que no se sabía y sí se supo con el resultado puesto, es que la pelea por la interna de Cambiemos le había hecho tanto daño, ya que por su carácter de Elecciones Primarias, hay muchos votantes que le mandaron un mensaje a Etcheverry votando a otro y que en octubre lo pueden llegar a votar a él. Esa es su convicción y esperanza.
El domingo el intendente quedó ubicado en la foto que buscó evitar, que es salir debajo de Sobrero. Pero en este caso, sin la interna, quedó en el peor de los mundos, y así no se puede saber cuánto suman sus votos con los de Zabalo. Posiblemente más que los de Sobrero.
Ahora bien, viendo que votaron poco más del 70% del padrón y que en las elecciones para cargos ejecutivos siempre se orilla el 85%, hay casi 2000 votos que estarán en octubre y el intendente se muestra confiado en conquistar en su mayoría.
“La derrota es buena porque trae un baño de humildad, disminuye la soberbia”, dijo Elisa Carrió el domingo. Esto es lo que ocurrió en el gobierno, ya que se mostraron muy abiertos a escuchar otras opiniones, pero ahora sí con ánimo de incorporar cosas. Por eso Etcheverry ha tomado la decisión de dejar pasar algunos días para que se calmen las aguas e irá detrás de los dirigentes y de los vecinos que le dieron la espalda a raíz de no propiciar la interna en Cambiemos.
Por el lado del Sobrerismo, fue un domingo que confirmó la vigencia de su líder, pero no es descabellado pensar que también hubo un poco de sorpresa para ellos. Ahora habrá que ver cuánto es lo que puede sumar, más allá de los casi 300 votos de Volpe, que entrarán automáticamente en las urnas.
Al ser tan exigua la diferencia, tendrá que salir a convencer a los muchos votantes de Paskvan que son filo peronistas, y jugar más que nunca a la polarización o al voto “útil”. Con los de Marro hay poco por hacer ya que el ex comisario ha demostrado su rechazo a la candidatura de Sobrero y sus seguidores se habrán impregnado de ese mismo sentimiento.
También mucho tendrá que ver cómo se comporte la economía y todo el cúmulo de noticias desagradables que surgen todos los días. Ya que si Macri desbarranca, se llevará puesto a Vidal y también a Etcheverry. Además, en el caso de nuestra ciudad, hay muchos votantes que piensan que si se confirma la vuelta de los K al poder central, sería mejor que el intendente sea Sobrero para estar todos con la misma camiseta.
En este sentido, Etcheverry tiene que trabajar para municipalizar la elección y despegar su candidatura de la pantalla de los televisores y del dólar, que tanto daño hace en la gente.
Pero algo es muy claro. Nada quedó definido luego del domingo 11. También que Sobrero no gozó del efecto arrastre, ya que sacó más de 300 votos que Fernández/Fernández y más de 400 que el ex ministro Kicillof.
A Echeverry está claro que la interna le hizo mucho daño, ya que sacó 327 votos menos que Macri y 1035 menos que Vidal, evidenciando un innegable corte de boleta en su contra. Si esos vuelven la reelección es una posibilidad cierta.
Así, viene para él una lucha cuerpo a cuerpo en los sectores donde que evidenciaron su rechazo, como por ejemplo en Empalme, donde nadie piensa que el hecho que su pelea con Zabalo no haya tenido nada que ver, ya que es un apellido de esa localidad. Entonces más tarde o más temprano debe limar las asperezas y lograr el apoyo del concejal conservador.
Hoy, sólo por hoy, en esta Argentina tan impredecible, tanto Sobrero como Etcheverry tienen las mismas chances de ganar en octubre por todo lo antedicho. Pero si bien Sobrero ganó gracias a la unión de todos los pedacitos del peronismo, llámese la suma del sector de Hugo Pais y del Movimiento Evita que conduce Milagros Moya, al que se sumará Volpe, bien puede pasar lo mismo en Cambiemos. Para eso hacen falta más que gestos. Hacen falta renunciamientos y actos de grandeza. Dejar de lado la especulación y la mezquindad política. Algo que no resulta tan sencillo en estos tiempos y mucho menos en Cambiemos.
Marcelo Blasco
Director