Georgina Apella, presidenta, y Luis Pigazzi, fueron los voceros del Colegio de Farmacéuticos de Lobos, para hablar ante la prensa de la situación generada por la intención de derogar la Ley vigente en la provincia sobre el funcionamiento de estos establecimientos.
Apella dijo que “todas las farmacias están en manos de un farmacéutico responsable, si se cambia la ley pasarán a estar en manos de un empresario y no del profesional que es el que está capacitado”.
Tras agradecer al HCD lobense por la sanción unánime de la ordenanza la semana pasada, dejó en claro que “si bien una ordenanza no tiene poder sobre una ley nacional, es una fuerza de los municipios para respaldar lo que está vigente”.
“Farmacity puede entrar donde quiera en la provincia, pero cumpliendo la Ley. Nosotros nos oponemos al cambio de la ley porque es perjudicial para la población”, dijo también.
Mientras que Pigazzi explicó que “el punto central es el cambio de modelo, estamos dentro de un sistema que privilegia el aspecto sanitario en el ejercicio de la profesión farmacéutica, bajo nuestra modalidad que es farmacia comunitaria para situaciones ambulatorias”.
“Este proyecto de derogar la Ley apunta a desdibujar ese aspecto, es la posición del punto de vista sanitario versus el punto de vista comercial empresarial, en el que se dejan de lado todas las necesidades que las farmacias de los 137 municipios satisfacemos con más o menos dificultades”, sostuvo.
Y agregó que “en cuanto a lo mediato, pasaríamos al efecto de la concentración, se van a abandonar los lugares alejados de los centros de movimiento comercial, para concentrarse en los lugares en los que el flujo de personas, recetas o demandas sea mayor”.
“Nos interesa que la población sepa que no estamos defendiendo un interés particular, sino al medicamento como bien social, el paciente debe tener acceso en término universal al medicamento, no por piedad sino por derecho, y una de las formas de defender ese derecho es hacer lo que estamos haciendo ahora”, aseveró Pigazzi.
Y Apella confirmó, por último, que “a partir de ahora, la mayoría de las farmacias que estén de turno, salvo las que están en lugares más alejados y despoblados, estarán abiertas en horas de la siesta y extenderán el horario de cierre de la noche, siempre con la vigilancia policial”.